El autobús 

Cada vez estaba más cerca el momento de bajar del autobús.

El autobús, pensó entre un suspiro, tantas veces que la había llevado a su destino,que jamás la había traicionado ni hecho daño, que ya conocía a los conductores igual que a su familia, que le encantaba el dia en que tocaba coger uno para emprender su camino y llegar a su destino favorito, pero seguro que todo iba a terminar, era lo único en lo que pensaba en ese viaje.

Paró el autobús en su destino favorito y allí bajó ella, con piernas temblorosas y manos sudadas comenzó a caminar, ‘Que no sea la última vez, porfavor.’ pensaba ella. Caminó tranquilamente pero con ansia al mismo momento, quería llegar pero a la vez no. Tenía tanto miedo, tanto miedo por lo que fuera a suceder minutos después, pero sabía que tener miedo no cambiaría las cosas, eso no evitaría lo inevitable. 

Subió con su mejor sonrisa y entró en casa, pero no estaba, tenía que esperar a que llegara, esperar, tal vez eso es lo que peor lleva todo el mundo, tener que esperar y más cuando sabes que debes esperar por algo que no deseas pero así debe de ser. 

Cuando sonó la puerta, sabía de inmediato que sería él, su corazón se revolucionó y su respiración se alteró, tenía que relajarse, lo podía estar así. 

¿Que es más duro, que te rompan el corazón por sorpresa o que imagines lo que va a suceder pero igualmente te lo rompan?

‘Ya no te quiero’ salió de los labios de él. Le era tan duro tener que escuchar esas palabras, ¿Cuándo sucedió? ¿Por qué? Tantas preguntas y todas con respuesta, pero eso no cambiaba el dolor.

Caminaron los dos hacia el autobús, allí dónde pocas horas antes había llegado, donde miles de veces había estado. Los dos lloraron, los dos sufrieron y en un último beso, se despidieron. 

Ella volvió a subir al autobús, diciendo adiós a todo lo que ello conlleva, y allí dónde por primera vez se besaron, por última vez también lo hicieron.